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El reciente apagón eléctrico del 28 de abril, que resultó en la desconexión de más de 15 GW de generación, ha expuesto las vulnerabilidades estructurales del sistema energético español. Según expertos de Fegicat, federación de gremios de instaladores de Cataluña, el incidente no es un hecho aislado, sino una advertencia sobre la necesidad urgente de reformar el modelo energético para gestionar eficazmente la alta penetración de renovables.
Raúl Rodríguez, director general de Fegicat, afirma: "lo ocurrido no es un fracaso de las energías renovables, sino del modelo que las sustenta. Necesitamos un sistema que sea limpio, resiliente, flexible y distribuido".
El apagón fue el resultado de una combinación de factores:
Fegicat propone varias medidas para fortalecer el sistema:
Rodríguez concluye que este apagón debe ser un punto de inflexión hacia un modelo energético inteligente, preparado para los retos del siglo XXI, y destaca la importancia de garantizar la soberanía energética, la competitividad y la confianza ciudadana. "El futuro es renovable, pero también debe ser seguro y distribuido", subraya.